viernes, enero 12


Mientras contaba cuentos, los ilustraba con las sombras de sus manos en una tela. De una manera casi mágica hacía que las sombras se movieran y contaran otra historia.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa noche con el foco de la luz sobre sus manos, como todas las noches, se quedó parado, quieto...Sus manos empezaron a moverse, a bailar sobre la pared, a contar una historia en silencio... Una historia que terminaría en el mismo momento en el que apagase la luz.
Pero esa noche había algo diferente...

rasante dijo...

hermano lobo, vos sos un artista.

Anónimo dijo...

La luz que iluminaba el escenario era la luz de la luna y esa no se podía apagar hasta que amaneciera...
Quedaba por delante una noche muy larga y un montón de historias mágicas para contar...