jueves, noviembre 17

Besar a una rana

Leyendo en el Magazine de El Mundo...

"Los cuentos infantiles están plagados de príncipes convertidos en sapos o o ranas que se dirigen a las doncellas que pasan por el camino solicitándoles un beso. Eso, cuando son capaces de escaparse de una bruja, ya que éstas suelen usarlos también en sus pócimas. Tanto una cosa como la otra tiene su explicación: la piel del sapo contiene una sustancia que produce alucinaciones: la bufotenina.
Aislada por primera vez en 1920 por H. Handovsky, esta sustancia produce ilusiones visuales, distorsión de colores y sensaciones de vuelo (de ahí que las brujas creyesen hacerlo...)
Curiosamente, la bufotenina no sólo está presente en la piel de varias especies de sapos, sino también en otros animales como la anémona marina, hongos como la amanita mappa o algunas plantas. Pero todavía está más cerca de ti: en el iterior de la piel de plátano... y en tu propio cuerpo, en pequeñísimas cantidades, claro. Se cree que es un subproducto de la serotonina".

Moraleja. Así que... eso de que el sapo se convierte en apuesto príncipe al besarle la princesa... ¡es una alucinación! Pues eso...

1 comentario:

Anónimo dijo...

croa, croaaaa, craak, craoio!!!

(traducción del google: Yo soy un príncipe, y he sido convertido en sapo verrugoso. Aunque no sea un beso con lengua, podría alguien pasarme la mano por ... el lomo!!!)

croak.