De paseos y perros

Los personajes de esta narracion son de ficcion, como casi todo.

Tenia 70 y tantos y se agarraba a la vida como podia. Llegaba ya a esa edad en la que si uno ha de desenredar los hilos que conforman su vida es muy posible que acabe estrangulado por ellos.
Pero aun y todo ella luchaba por mantener la realidad, su realidad y me hacia ver a mi , que trabajaba para ella, los intentos desesperados de mantener un orden que a duras penas habia construido.
Sera esto la vejez? me preguntaba yo. El mantener, contra viento y marea, la idea que uno se ha construido de si mismo. O podia ser algo distinto, hay esperanza en la vejez?, se puede vivir la vejez con cierta juventud?

Era complicado,sin duda, y era tambien una muestra de energia y vitalidad constante,con toda su locura, con toda la mia ,humilde espectador del transcurso de su tiempo.Y aun y todo nos llevabamos bien. Yo no me abria a ella ,lo cual ponia un limete a nuestra amistad. Pero no era un limete consciente, pensado para ella, era mi limite, mas alla del cual se me hacia casi imposible avanzar. Y aun y todo nos reiamos y hablabamos con confianza, es tan dificil encontrar alguien en quien confiar; patetica isla en el tiempo es lo que soy.
Y asi transcurrian los dias entre paseo y paseo y mierdas recogidas en las calles. Transcurrian paralelos en cierta mediada a los suyos, cada vez mas cercanas las vivencias a mediada que el tiempo libraba su batalla a nuestro alrededor.
Horrible emvejecer, pensaba yo apunto de cumplir ya los 32, ajeno por completo a mi propia vejez, a mi expirar constante, a la batalla perdida con el tiempo. Pero la batalla estaba perdida y lo estaba por mi, por mi juego. Que me depararia el tiempo?, que secretos y recovecos tendria que recorrer?, esperaba que fueran tiempos interesantes como dicen los japoneses.

Pero volvamos a ella, motor de esta narracion.Amiga de lo magico, de lo irreal; una niña, siempre. No era ello ya digno de admiracion persé?, podria yo imaginar con su libertad a su edad, si a la mia, la amargura me impedia ver mas alla de mi nariz...Sin duda tenia merito.Acaricie a Selva; mimosa, buscaba el contacto entre lo vivo con un anhelo loco. Que sabios estos animales que me recordaban la importancia del contacto entre lo vivo, ese placer que yo ya casi olvidaba de entregarse por el gusto pleno de ser acariciado, querido, tocado con manos de amor,como lo vivo toca a veces a lo vivo.
La cerveza a veces me sacaba de mi letargo, y veia, por fin ,la vida con nuevos ojos,con una mirada distinta, esa , que a veces repentinamente tomamos y torna distinto lo que vemos todos los dias, ahh que placer ver las cosa como nuevas, como si fuera la primera vez que uno posa sus ojos sobre ellas....