viernes, diciembre 2

Fuga de sentido

Pepito llego al medico con la sensacion de q no iba a ser facil explicar lo q le habia pasado. Hacia ya tres dias desde el incidente en cuestion y aun tenia en la boca del estomago una sensacion desagradable, como si todo pendiera de un fino hilo q en cualquier momento pudiera romperse.

Por fin la emfermera le llamo y atraveso la puerta de la consulta como lo hacemos todos, con nerviosismmo.

-Y bien, q le ocurre Don Pepito ?- pregunto el medico sin levantar la vista de un informe.

- Bueno...- empezo Pepito, y enseguida se atolondro - ayer veia yo la tele en casa, como siempre y fui a cambiar de cadena, y al mirar el mando, pues diablos, no lo reconci como tal, ni como cualquier otra cosa en realidad, y al levantar la vista nada e lo que habia a mi alrededor tenia el menor sentido ,era como si todo el sentido se fuera por un desague y yo fuera un corcho flotando en el mar de sinsentido. Todo era un torbellino.

Despues de esto pepito recupero la respiracion pues lo habia dicho todo de carrerilla y espero atento la reaccion del medico.

Este medito un rato y concluyo:

- Padece usted una grave fuga de sentido mi buen Pepito.

Aquello dejo helado a Pepito q sentia crecer la angustia en su interior.

- Es grave, tiene cura ?

El medico preocupado no pudo dejar de decirle la verdad:

- Habra q proceder a cortarle las uñas en seguida.- dijo el medico con autoridad.

Pepito sollozo.

- Me refiero claro a las de los pies y tal vez limarle un poco el alma.

Aquello fue demasiado para el pobre Pepito q dejo de ver al medico, su consulta y lo demas y de nuevo sintio el torbellino de la fuga de sentido y de nuevo fue un corcho en un revuelto mar en fuga.


El visir de Granada Abdul Hadmed Yusur

1 comentario:

juan dijo...

Ya conozco ese problema, a un amigo mío se le daba la vuelta al alma cada vez que notaba que estaba lejos del suelo.
Puede parecer una tontería, pero si te da verguenza que la gente se dé cuenta, lo pasas bastante mal.
Preguntó y pregunto a diferentes especialistas, y todos le decían que tomara cosas, que descansara, !que no subiera a alturas¡
pero no consiguió que nadie le enseñara a ponerse el alma derecha.